Actualizado el: 17 mayo, 2023 por Kyamos The Stubborn
Capítulo 1 – Eiji: Lobo de la Novena Avenida.
Capítulo 1-13
El digimon harapiento de SoC observaba a Loogamon y Eiji Nagasumi desde el tejado de un edificio de Wall Slum, mientras se dirigían a su trabajo de mapeo.
—“No me dijeron que estarían usando Mindlink…¿?”
De repente, habló con alguien que no estaba aquí.
——No me lo habían dicho. Tampoco me esperaba que de repente llegara con sus límites desbloqueados.
La respuesta llegó desde un chat de voz.
—“Dejando de lado al chico nuevo, ese perro… Loogamon, me pregunto si se dio cuenta que yo también estoy haciendo Mindlink”
—“Bueno, quién sabe”
La voz al otro lado de la línea era la del entrevistador del SoC.
—“Le pediste al Lobo Demoniaco del Castillo de los Nueve Lobos que mapeara la Novena Avenida… Para ser un test, ¿No es algo muy fácil?”
El digimon harapiento expresó su preocupación.
—“Tienes razón, esta prueba no sería de nivel Semi-A para ellos. Tendré que hacer unos cuantos ajustes.”
El entrevistador estaba tramando algo.
Una vez que Loogamon llegó al nivel del suelo, se dirigió aún más bajo tierra.
Le dijo a Eiji que era un atajo.
Llegaron a la plataforma de una estación subterránea.
Chug, chug, chug, chug…
Frente a un desconcertado Eiji… un tren de Wall Slum se detuvo.
Eiji observaba aturdido el rápido cambio de escenario afuera del tren, mientras se sujetaba de una correa.
—“La línea circular del metro de Slum”
El interior del tren era bastante familiar. Lucia similar al Metro de Tokio, que solía utilizar.
La única diferencia… era que los pasajeros del tren no eran humanos, sino digimon.
La información aparecía en caracteres que nunca había visto antes. Los anuncios del interior del tren y de la estación eran completamente ilegibles.
—“¿Qué son esos caracteres?… ¿Es el lenguaje de los digimon?’
—“Ahi dice que está prohibido pelearse en el metro”
Dijo Loogamon.
—“¿Prohibido? ¿No se permite pelear?”
—”Es un espacio público. Debes cuidar tus modales.”
Diciendo eso, Loogamon se acostó, ocupando tres asientos el solo. Los digimon que los rodeaban parecían molestos, pero aparentemente no era una falta de modales.
No es como si supiera que se consideraban buenos modales para los digimon.
El metro pasaba por una estación cada dos o tres minutos.
Eiji estaba inquieto e intranquilo, en parte porque no podía leer los caracteres —que al parecer se llaman Digiletras— en las señalizaciones.
—“Estaba pensando en el mindlink”, le dice a Loogamon. “El que yo esté en tu digicore, ¿Es como si un humano montara un digimon? Similar al Tyutyumon de antes que montaba a Damemon.”
—“¡No te atrevas a compararme con esa popo!
—“¿No es así? Hmmm…”
—”En absoluto. ¿Qué está pasando con tu cuerpo real ahora?”
“Uh… ¿Qué?”
La conciencia de Eiji actualmente estaba en el digicore de Loogamon.
Puesto que su cuerpo físico no estaba aquí… debía estar apoyado contra una pared en el desván de su casa…
—“Sí, tu cuerpo sigue dormido. A menos que rompas el mindlink, nunca recuperarás la conciencia.”
—“Oh… Bueno, está bien.”
—“¿Está bien?”
—“Por cierto… Oye, Loogamon.”
—“¿Qué pasa?”
—”Ya que estamos, ¿puedo tocar las almohadillas de tus patas?”
Debido a que estaba acostado en el asiento, Loogamon mostraba las almohadillas en las plantas de sus patas. Se veían regordetas y apretables.
—“¡No! ¿Por qué debería permitir que hagas lo que quieras?”
Respondió Loogamon enseñando sus colmillos.
—“No, huh… También el perro que tuve nunca me dejó tocar las almohadillas de sus patas.”
—”¡Si sigues diciendo tonterías, te voy a sacar a patadas de mi digicore…! Además, de las historias que he oido de ese perro que tenías…”
—“¿Hmm?”
—”Probablemente no te consideraba su dueño. Seguramente te miraba como alguien inferior”
—”Eh”
En la siguiente estación, muchos pasajeros subieron y bajaron del tren.
Cuando los digimon que subían al tren miraban a Eiji, reaccionaban con sorpresa.
—“Oye, Loogamon… siento que desde hace rato todos los digimon me miran fijamente.”
—“Eso es porque es muy raro ver a un humano aquí.”
—”Ah… es como hololizar un digimon en un tren real.”
Llamaría mucho la atención.
No había indicios de que estuviera en peligro, así que Eiji empezó a examinar lo que le rodeaba con más atención.
Los digimon en el vagón de pasajeros parecían ser todos de un solo tipo.
—”-—Muchos de los digimon aquí tienen datos corruptos. Parece que están heridos.”
—”La mayoría de los habitantes de Wall Slum eran originalmente digimon utilizados por los humanos.”
Loogamon declaró.
—”¿Qué?”
Luego de mencionarlo, Eiji noto que la mayoría eran del tipo cyborg y máquina, digimon que solían ser utilizados por crackers.
—”Son digimon que fueron utilizados por humanos y desechados por una u otra razón. Metieron la pata en el trabajo, o se les confió la seguridad de los servidores de alguna empresa, pero fueron destruidos en un ataque.”
—“Digimon desechados…”
Eiji estaba atónito.
Era verdad, los crackers solían usar y desechar digimon.
Aunque era desconocido para el público general, importantes servidores y centros de datos gubernamentales, militares y de grandes empresas tecnológicas ya utilizaban digimon para su seguridad.
Los digimon se desgastaban allí todos los días.
Por mucho cuidado que se les dé, las herramientas se rompen. Cuando fallan, fallan. Eso es lo que Eiji también solía pensar.
—“Normalmente los digimon mueren lentamente y regresan a ser digitamas… pero cómo sobrevivieron absorbiendo los restos de datos que fluyen por el exterior del muro de seguridad… construyeron casas, pueblos y ciudades. Mientras logren llegar a este lugar, los digimon abandonados por los humanos pueden sobrevivir. Los digimon abandonados se juntaron y formaron esta ciudad —un barrio bajo.”
Los barrios bajos conocidos como Wall Slum.
—“Pensaba que los humanos eran resilientes, pero los digimon también son muy fuertes.”
Eiji sintió la fuerza vital de los digimon.
—“Esta basura de barrio es el último paraíso para los digimon abandonados… Algunos de ellos pueden haberse hartado de los humanos y se fueron por su cuenta. Algunos de ellos vagaron desde el Mundo Digital al otro lado del muro debido a algún tipo de problema. Hoy en día, no es raro encontrar digimon nacidos en esta barriada.”
ROOOOOOAAARR—
El metro ascendió a la superficie.
El sonido de las ruedas pisando los rieles retumbaba. Bajo el puente en celosía, la superficie roja y contaminada del río se extendía.
Había Tyumon que proliferaban por todas partes, mutantes como Damemon y digimon que se habían adaptado y evolucionado para preferir un entorno contaminado con datos basura.
—“¿No se llevan bien entre sí los digimon de aquí?”
Tyumon y Tyutyumon se peleaban por la comida.
El hecho de que las peleas no estaban permitidas en el metro significaba que habían muchas peleas.
—”Básicamente, aquí todos son pobres. Esa es la razón detrás de todo esto. Los habitantes de estos barrios no se pueden alimentar de forma consistente, así que las peleas son el pan de cada día. Cada barrio tiene a un digimon como su jefe. Sólo en este metro, y en el centro de la barriada, en la Avenida 0, hay un acuerdo tácito de no agresión.”
—“El centro de la ciudad…”
Era la zona en blanco que apareció en el mapa que le mostró antes el digimon harapiento.
Eiji miró por la ventana.
Río arriba, en el centro de Wall Slum, estaba el pico de una montaña, empañado por ruido estático.
—“No lo puedo ver bien… ¿Qué clase de lugar es ese?”
—“Hay una ‘puerta’ que lleva al interior del muro de seguridad —Wall Gate.”
Respondió Loogamon.
—“Dentro del ‘muro’… ¿¡Quieres decir el Mundo Digital ‘profundo’!?”
Wall Slum era, sin lugar a dudas, parte del Mundo Digital. Pero la parte profunda que era protegida por el “muro” en cierto sentido, contenía “la forma original” del Mundo Digital.
—”Para ustedes, los humanos, es un Mundo Digital desconocido. Wall Gate controla el flujo de datos hacia el mundo digital e impide la entrada no autorizada.”
El tren cruzó el río y volvió a entrar bajo tierra.
El tren se quedó a oscuras por un momento, saltaron chispas y luego volvieron las luces.
—“…”
Eiji pensó un momento.
—”¿Las puertas de Wall Gate previenen que los crackers… nosotros, los humanos, entremos?
—“Sí.”
—”…”
—“No son sólo humanos. Todos los digimon de Wall Slum, digimon que han caído en manos humanas, incluyendo los usados por crackers y hackers.”
—”¿Eh…? ¿Todos los digimon de aquí?”
Ninguno de los digimon en este metro podían volver al Mundo Digital.
—“Wall Slum siempre se ha visto afectado por los datos del Mundo Real a través de la red. Una vez que un digimon es contaminado por datos del Mundo Real, nunca puede volver al Mundo Digital. Pierden la habilidad de pasar a través de esa puerta.”
—”¿Quién diablos decidió tal cosa…?”
—”El sistema del Mundo Digital… Eso es todo lo que puedo decir al respecto. Poniéndolo en términos humanos, es… ¿Nuestro Dios? Algo así. Para los digimon de Wall Slum, el interior del muro es, por así decirlo, una patria perdida…”
—”Loogamon… ¿Sabes lo que hay del otro lado del muro?”
—“Bajamos aquí.”
Al cortar la conversación, Loogamon se levantó de su asiento.
No sabía de dónde vino, pero se escuchó un anuncio: “Siguiente parada, Novena Avenida, Novena Avenida”.
La mentalidad de Eiji cambió.
Primero, tenía que cumplir la petición de Ryusenji y pasar la prueba de reclutamiento del SoC.
—”Mapear la Novena Avenida… ¿Qué clase de lugar es?”
—”Ya lo entenderás cuando llegues.”
—”Sabes mucho sobre Wall Slum, Loogamon ¿Has vivido aquí antes?”
Loogamon estuvo almacenado en el Digimon Linker en su etapa niño desde el principio.
De dónde vino y que hacía antes… Eiji no se había molestado en preguntar. Nunca se le ocurrió que los digimon podían tener un pasado.
—“No me acuerdo.”
Eiji se quedó perplejo ante la repentina confesión de Loogamon.
—“¿Qué…?”
—”Mi memoria es borrosa de un momento a otro. Sé que crecí en Wall Slum. Pero sólo recuerdo cuando estaba en la etapa niño. Después de eso, todo se vuelve borroso…”
Dijo que sabía sobre el Mundo Digital y Wall Slum, pero no podía recordar mucho sobre sí mismo.
No tenía idea de quién había sido aquí.
—“¿Amnesia? Aunque no parece ser completamente.”
—“Cuando intento recordar, siento como si hubiera una niebla rodeando mi digicore.”
Como una memoria nublada.
—“Ahora que lo pienso, Tyumon y los otros estaban diciendo algo. Parecía que sabían de ti. te reverenciaban, llamándote jefe.”
—“Al venir contigo a Wall Slum y escucharlos… creo que empecé a recordar, poco a poco. Tal vez sea capaz de encontrar algo aquí. Tengo la sensación de que hay algo en esta Novena Avenida. Algo que era importante para mi.”
Historia por: © BANDAI
Diseño de personajes/Ilustraciones: malo
Traducción al español: Kyamos the Stubborn.
Edicion y correccion: Zeromaru X